Milicia y Escultismo
Valores y Virtudes con pretensión de universalidad
para una comunidad global
Juan Alcón Illanes
El autor, Juan Alcón Illanes, nacido en Madrid en 1976, es Licenciado en Filosofía por la Universitat de València y Premio Extraordinario de Licenciatura.
Su formación académica se ve completada por el
Máster Interuniversitario en Ética y Democracia, fruto del cual nace este texto en conjunción con su experiencia vivida durante años tanto en el Ejército Español como en el Movimiento Scout Mundial.
No son pocos quienes defenderían que el ser humano busca incesablemente el establecer jalones con los que guiarse en la ardua tarea de afrontar los retos vitales como dominador y no como dominado, que busca establecer certezas desde las que afrontar la vida, en la medida de lo posible, como amo de su destino. Lejos de gobernar con plenitud nuestra realidad nos encontramos todos sometidos en mayor o menor medida a una situación global que en demasiadas ocasiones se presenta como humanamente inadmisible, y no podemos sino admitir con certeza apodíctica la urgencia de que en todos los estratos de la economía la ética retome un papel rector que nunca debió abandonar.
Podríamos dejarnos llevar por el desánimo y por no pocos pensadores agoreros llegando a entender en relación a la economía algo parecido a lo que Francis Bacon afirmaba en relación a la naturaleza, que «a la naturaleza no se la vence sino obedeciéndola». Pero ni la naturaleza es la economía, ni estamos obligados a obedecer a ésta última, ni el objetivo es vencerla, sino en virtud de su carácter como constructo humano, transformarla.
La economía de lo que tan genérica como difusamente denominamos Occidente se ha sumido profundamente en una nueva crisis que hace pensar en la necesidad de establecer un punto de inflexión, un punto de no retorno que nos lleve a reconsiderar cómo hemos desarrollado nuestra economía hasta este momento replanteando el futuro de la misma. A diferencia de lo que parece plantear Stefano Zamagni en Economía civil: Eficiencia, equidad, felicidad pública y en Heterogeneidad motivacional y comportamiento económico. La perspectiva de la economía civil, entendemos que lo que necesitamos no es la implementación específica o reconocimiento de la reciprocidad, sino el asentamiento en la sociedad de valores subyacentes que puedan derivar en disposiciones similares a / de la misma clase que la reciprocidad, con lo que nos proponemos estudiar qué elementos subyacentes deben ser establecidos y/o redescubiertos a fin de la generación espontánea de dichas disposiciones.
Siguiendo esta orientación entendemos que podría promoverse la aparición de las mentadas disposiciones de tal modo que tengan como eje fundamental la interrelación, afrontando en el proceso la raíz del germen de la actual crisis y de futuras repeticiones de la misma como fruto del marchitamiento de las relaciones humanas, del acaecimiento de comportamientos que con facilidad tachamos de inadecuados o sencillamente injustos, devenidos éstos de no haber sido capaces de reflexionar e implementar a tiempo un sistema axiológico consistente en el que el ser humano sea considerado más allá de su mera individualidad, a la par que se niegue la posibilidad de justificar su instrumentalización.
Hemos elegido dos figuras, el militar y el scout, como eje del redescubrimiento de aquellos valores que pudieran servir a los objetivos propuestos. Ambas figuras podrían ser entendidas como casos paradigmáticos de altruismo, altruismo que en ocasiones puede llegar incluso a ser extremo.
Sin embargo, si bien dicha actitud resulta genética en nuestro interés, no es el altruismo lo que provoca nuestro acercamiento, sino el hecho empírico de la aceptación suscitada por militares y scouts en toda sociedad medianamente articulada, algo que acontece independientemente de las doctrinas comprehensivas de la realidad imperantes en dichas comunidades. ¿No podríamos quizá estar ante una de las claves con las que aproximarnos a lo que en ocasiones se ha entendido como el Santo Grial de la Ética, un conjunto de valores con pretensión de universalidad que sean capaces de reconducirnos a todos hacia horizontes de justicia tanto en la teoría como en la praxis? ¿Qué valores representan, viven y ejercitan militares y scouts?
Este texto creemos es un primer paso para desentrañar o más bien redescubrir un sistema de valores que funde adecuadas disposiciones, válidas para toda actividad humana y en concreto para la económica.
El autor, Juan Alcón Illanes, nacido en Madrid en 1976, es Licenciado en Filosofía por la Universitat de València y Premio Extraordinario de Licenciatura.
Su formación académica se ve completada por el
Máster Interuniversitario en Ética y Democracia, fruto del cual nace este texto en conjunción con su experiencia vivida durante años tanto en el Ejército Español como en el Movimiento Scout Mundial.
No son pocos quienes defenderían que el ser humano busca incesablemente el establecer jalones con los que guiarse en la ardua tarea de afrontar los retos vitales como dominador y no como dominado, que busca establecer certezas desde las que afrontar la vida, en la medida de lo posible, como amo de su destino. Lejos de gobernar con plenitud nuestra realidad nos encontramos todos sometidos en mayor o menor medida a una situación global que en demasiadas ocasiones se presenta como humanamente inadmisible, y no podemos sino admitir con certeza apodíctica la urgencia de que en todos los estratos de la economía la ética retome un papel rector que nunca debió abandonar.
Podríamos dejarnos llevar por el desánimo y por no pocos pensadores agoreros llegando a entender en relación a la economía algo parecido a lo que Francis Bacon afirmaba en relación a la naturaleza, que «a la naturaleza no se la vence sino obedeciéndola». Pero ni la naturaleza es la economía, ni estamos obligados a obedecer a ésta última, ni el objetivo es vencerla, sino en virtud de su carácter como constructo humano, transformarla.
La economía de lo que tan genérica como difusamente denominamos Occidente se ha sumido profundamente en una nueva crisis que hace pensar en la necesidad de establecer un punto de inflexión, un punto de no retorno que nos lleve a reconsiderar cómo hemos desarrollado nuestra economía hasta este momento replanteando el futuro de la misma. A diferencia de lo que parece plantear Stefano Zamagni en Economía civil: Eficiencia, equidad, felicidad pública y en Heterogeneidad motivacional y comportamiento económico. La perspectiva de la economía civil, entendemos que lo que necesitamos no es la implementación específica o reconocimiento de la reciprocidad, sino el asentamiento en la sociedad de valores subyacentes que puedan derivar en disposiciones similares a / de la misma clase que la reciprocidad, con lo que nos proponemos estudiar qué elementos subyacentes deben ser establecidos y/o redescubiertos a fin de la generación espontánea de dichas disposiciones.
Siguiendo esta orientación entendemos que podría promoverse la aparición de las mentadas disposiciones de tal modo que tengan como eje fundamental la interrelación, afrontando en el proceso la raíz del germen de la actual crisis y de futuras repeticiones de la misma como fruto del marchitamiento de las relaciones humanas, del acaecimiento de comportamientos que con facilidad tachamos de inadecuados o sencillamente injustos, devenidos éstos de no haber sido capaces de reflexionar e implementar a tiempo un sistema axiológico consistente en el que el ser humano sea considerado más allá de su mera individualidad, a la par que se niegue la posibilidad de justificar su instrumentalización.
Hemos elegido dos figuras, el militar y el scout, como eje del redescubrimiento de aquellos valores que pudieran servir a los objetivos propuestos. Ambas figuras podrían ser entendidas como casos paradigmáticos de altruismo, altruismo que en ocasiones puede llegar incluso a ser extremo.
Sin embargo, si bien dicha actitud resulta genética en nuestro interés, no es el altruismo lo que provoca nuestro acercamiento, sino el hecho empírico de la aceptación suscitada por militares y scouts en toda sociedad medianamente articulada, algo que acontece independientemente de las doctrinas comprehensivas de la realidad imperantes en dichas comunidades. ¿No podríamos quizá estar ante una de las claves con las que aproximarnos a lo que en ocasiones se ha entendido como el Santo Grial de la Ética, un conjunto de valores con pretensión de universalidad que sean capaces de reconducirnos a todos hacia horizontes de justicia tanto en la teoría como en la praxis? ¿Qué valores representan, viven y ejercitan militares y scouts?
Este texto creemos es un primer paso para desentrañar o más bien redescubrir un sistema de valores que funde adecuadas disposiciones, válidas para toda actividad humana y en concreto para la económica.
Fuente: el propio Autor así lo prologa.