Hace tiempo ya os dije que poco a poco desgranaría algunos retazos de la historia del Grupo Scout de Espinardo, siempre en relación con aquellos lugares en los que desarrollabamos nuestras actividades.
Ahora nos vamos al
"VALLE DE LAS SERPIENTES."
Muy cerca de Espinardo, subiendo hacia el actual Alto Real, se encuentra ubicado este valle, que por cierto tiene muy poco de valle, pues lo constituyen un conjunto de ramblizos, bancales, cerros, ..., con muy escasa vegetación: Algún almentro, varios pinos, una palmera y varios olivos, un garrofero, una carrasca (única en todo ese espacio), etc.
Pero para nosotros era todo una aventura ir de excursión a ese "misterioso" lugar, pues muy cerca se encontraba (¿cómo no?) "la casa del ahorcado", la cueva "de los misterios", las canteras "romanas", la casita contruida por mi tío Esperanzo, las "abruzaeras" que nos construyó "el Choclas", misterioso personaje èste que por allí aparecía de vez en cuando. Además había un pozo, un oscuro y hondo pozo, con agua no potable, y muy cerca, junto a la rambla llamada de "los Calderones" estaba la fuente de agua potable...
Todo ello aderezado con mis historias, hacian del lugar algo muy interesante e, incluso, imprescindible para excursionar, acampar y vivir aventuras.
Múltiples fueron las actividades en él realizadas. Un campamento de otoño, corriendo el año 76, por cierto llamado "del hambre", pues creo que solo comimos en tres días algún que otro bocadillo (también llamados portaaviones, por su gran tamaño), alguna ensaladilla "rusa" aliñada con mucho aceite, pues así alimentaba más... y eso por solo unas cuantas "de las pesetas" de entonces. Alguna acampada de los lobatos, de las primeras patrullas (Zorros, Halcones, etc.).
Incluso recuerdo una reunión de los scouters de la Zona VI, allá por al año 70, celebrada dentro del cortijo, junto a la chimenea, pues hacia ¡un frio...!
Ahora, ¡un siglo después! aquello se encuentra bastante distinto, la "autovía" ha pasado por allí, hemos plantado bastantes pinos, el cortijo ha desaparecido, y, en fin, hoy pertenece a una empresa constructora. El signo de los tiempos...Pero pienso que todavía se puede ir por allí, porque ese lugar sigue lleno de muchas de las historias que vivimos, y más aún por otras que podríamos seguir "imaginando".
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