Las casualidades del devenir diario nos llevan en algunas ocasiones a reencontrarnos con libros que quizás estaban olvidados en esas segundas estanterías que yo llamo de “los libros perdidos”.
Eso me ocurrió a mí hace unos días: reordenando esas
segundas estanterías de mi biblioteca di con un libro que se titula
contundentemente “La Raza del Lobo”, está escrito por un señor que se llama
José Antonio García Diez, buen conocedor de los territorios y lugares en donde
el lobo es el señor, o al menos lo era en otros tiempos, junto con algún otro
oso, zorro o similar.
Repasando ese libro mi mente me ha llevado a
recordar muchos de esos lugares que hace ya tiempo recorrí en variadas
ocasiones.
El citado libro está lleno de palabras “propias de
esas gentes”, que muestran lo que es su vida y sus comportamientos con los
lobos, siempre temidos, desde tiempo inmemorial. Nos hablan con sus nombres
propios como pueden ser: Juan del Blanco Rojo, Argimiro Santiago, Eusebia Peláez,
Victorino Fernández, etc., nos cuentan historias sucedidas en lugares como
Trefacio, San Martín del Terroso, Pedrazales, Valdeón, etc., por lo que sus
narraciones se sitúan en personas y lugares concretos, como algo sucedido, no
solo contado.
Todas esas narraciones se sitúan en un marco
geográfico concreto como es la parte oriental de Galicia, los montes asturianos
y cántabros. Incluyendo naturalmente los Picos de Europa, los montes de León,
etc. En donde, en repetidas ocasiones, la historia se mezcla con la leyenda y
esta a su vez con la historia, porque esos lugares son propicios para ello:
bosques tupidos e impenetrables, barrancos casi inaccesibles, ríos misteriosos,
nieblas densas, humedades y cuevas…
Finalmente habréis deducido, si hasta aquí habéis llegado, que ese libro “La Raza del Lobo” es muy interesante y ameno de leer, aunque en alguna de las veces su lenguaje sea un poco difícil de entender y comprender. Lo que sí tiene claro el autor es la defensa de ese bello animal, el lobo, que intenta vivir, junto con sus familias, en esa su tierra. Hoy se encuentra protegido pero sigue perseguido y cazado, aunque en plan furtivo, aunque su protección debería ser complementada con ayudas necesarias y suficientes para restañar las pérdidas que aún ocasionan en las cabañas ganaderas y pastoriles, porque siempre se ha dicho, una cosa “es predicar y otra dar trigo”.
Últimamente diré que el libro se encuentra
profusamente ilustrado con toscos pero bonitos dibujos alegóricos a las
historias que se narran, alguno de los cuales me permito compartir con vosotras
y vosotros. Los dibujos son de Araceli Saavedra Fernández y está editado por
KADMOS, Salamanca-1999. También incluyo una foto del llamado “Chorco de los
Lobos” en Valdeón, en la cual vemos a chicos y chicas de CODEX visitándolo: muy
interesante (año 2004).
Alonso Rubio, agosto 2020
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