El tiempo pasa... y ... Bueno siempre es bueno recordar experiencias y aventuras para compartirlas tanto con aquellos que nos acompañaron como con las nuevas generaciones de scouts.
Acampada de la Cueva Negra...
Corría el año 1968, en los albores descubridores de un nuevo mundo de aventuras e ilusiones, que esa cosa que llamábamos Escultismo nos facilitaba y propiciaba.
Nos juntamos la Patrulla Zorros y yo, acordamos hacer una excursión a la Sierra de los Baños de Fortuna y... ¡LA HICIMOS!
Salimos de mañana..., pero con el sol un poquito alto y...
Llegado al lugar nos instalamos y dormimos en una casa/cueva, cedida por mi tío José, que contaba con todas las comodidades: suelo de tierra, fresquita, encalada, con cocina a ras de suelo y chimenea, aseos en una "paleras" cercanas, etc. Todo un lujo. Y... comenzamos a explorar.
La Cueva Negra nos sorprendió y asustó un tanto, es tal su magestuosidad, grande, grande, grande, con toda su techumbre repleta de inscripciones prehistóricas "en negro", con su continuo goteo, con su "respiración contenida" (porque las grutas también "respiran"), sus rumores, ..., todo un misterio.
Exploramos, también, multitud de grietas que jalonan toda la Sierra de los Baños, y en alguna de ellas encontramos las "bombas"... Yo al principio me creía que era alguna broma..., pero..., resultó que eran bombas DE VERDAD. Quizás olvidadas o escondidas por algún combatiente de la pasada guerra incivil.
Por cierto en Fortuna, cosa que aún está por investigar, habían rumores de que por sus sierras se habían escondido "los maquis". Toda una leyenda, contada con un cierto temor, porque los tiempos no estaban para eso...
Nos fuimos a los Baños de Fortuna, siguiendo toda la vertiente sur de la citada Sierra de idem, y allí nos dispusimos a explorar, en el más amplio sentido, la denominada Cueva de la Almagra, llamada así porque de ella y durante tiempo inmemorial se extraía "la almagra", una arcilla roja utilizada en pintura, adornos de fachadas y suelos de antiguas casas y en alfarería.
"Armados" con nuestros utillajes, nosotros, cual espeleólogos "de pacotilla", porque no teníamos ni idea, nos introdujimos en la mencionada cueva: Cuando entramos era medio día, cuando salimos era casi de noche, ¿cuántas horas estuvimos? Ni nosotros lo sabíamos. Entramos con nuestros colores propios, salimos todos pintados de rojo...
Bueno, no quiero cansaros, por eso dejo todos los demás detalles de esta excursión a vuestra consideración, por si queréis añadirlos al presente relato. (Los podéis enviar a: rubio.alonso@gmail.com)
Pero eso sí, os incluyo un par de fotos, una de todos posando a la entrada de la Cueva de la Almagra y otra que incluye "las bombas" y un recorte de prensa.
Espero disfrutéis, al menos tanto como yo compartiendo con vosotros esta aventurilla.
2 comentarios:
Menos mal que Garri llevaba equipo especial de proteccion para desactivar explosivos, el resto del personal desde luego estaba vendido.
¡Qué gran historia Alonso! Y muchas gracias a tu hermano por mandarnos el recorte. Todo trocito de historia es bienvenido al grupo
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